miércoles, 20 de octubre de 2010

El particular `Invictus´ del Real Murcia


Desde la noche que sobre mí se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.

Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.

Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.                                                                    
                                                                                                                     Tomado de Invictus (1875),
                                                                                                                      de William Ernest Henley

William Ernest Henley escribió este fantástico poema en 1.875 en la cama de un  hospital, en esos oscuros tiempos en los que se debatía contra la amenaza de una nueva amputación para salvar su vida. La infancia de Henley fue complicada: sufría de tuberculosis que afectó sus huesos de tal modo que, a los 12 años, debió soportar la amputación de su pierna izquierda por debajo de la rodilla. No obstante, la mutilación no menguó su buen humor y energía.

Estos pocos versos que Nelson Mandela leía a diario en su celda, le transmitieron la fuerza y el coraje necesarios para sobrellevar sus veintisiete años entre rejas.   El poema también ha servido de inspiración en una de la última mejores películas acerca de valores humanos centrados en la motivación, superación, aceptación de obstáculos, el perdón, el optimismo, la confianza en sí mismo, en el manejo de la diplomacia, la humildad, el prejuicio, la inspiración y el liderazgo. Se trata de “Invictus”, dirigida por  Clint Eastwood.

El filme  está basado en la vida de Nelson Mandela y ambientada durante la Copa Mundial de Rugby de 1995 en Sudáfrica. Fue protagonizada por Morgan Freeman en el papel del entonces presidente de Sudáfrica, Mandela y Matt Damon como François Pienaar, el capitán del equipo sudafricano de rugby. En esta película vemos cómo uno de los problemas más difíciles por el que atravesaba el pueblo sudafricano, el apartheid, fue solucionado por medio del deporte, en este caso el rugby que pasó a tener un papel fundamental como símbolo de patriotismo, unión social y nacional. En la  escena principal  Nelson Mandela intenta motivar e iluminar al capitán de los Springboks, el equipo de rugby de Sudáfrica, entregándole el poema de Henley. En resumen, es una gran película con un mejor mensaje. La recomiendo.

Me voy a permitir el atrevimiento de hacer un símil con nuestro “Invictus” particular, el Real Murcia. Mi osadía no va  a llegar a comparar a Samper con Mandela. ¡Dios me libre! Cómo tampoco pienso buscar parecidos entre Matt Damon e Iñaki Alonso, que estoy convencido que alguno encontraría. Pero sí me gustaría aplaudir que el Real Murcia sea junto al Real Madrid, precisamente su rival en Copa del Rey, el único equipo invicto en las tres primeras categorías del fútbol nacional.
Si no me falla la memoria, la última derrota en encuentro oficial de los granas se produjo en Cádiz la pasada temporada. Si sumamos las cuatro últimas jornadas del anterior ejercicio más las nueve de esta campaña y las tres de Copa del Rey disputadas hasta la fecha, nos sale la friolera de dieciséis partidos consecutivos sin perder (sin contar los amistosos de pretemporada que tampoco cosecharon ninguna derrota). Lo curioso y penoso del dato es que en uno de ellos no perdieron el partido, en Gerona perdieron la categoría. Pero soy de los que piensan que debemos usar el pasado como trampolín, no como sofá y que únicamente hay que traer al pasado si es para construir.
Se ha construido un equipo de calidad contrastada que ha sabido adaptarse a la nueva categoría. La plantilla está dirigida por Iñaki Alonso, un técnico que sabe lo que lleva entre manos y con las ideas muy claras. Me parece un acierto que se haya apostado por él. Maneja muy bien a la plantilla que ha puesto a su disposición Sergio Fernández (buen trabajo el suyo) y trasmite muchos de los valores de la mencionada Invictus: motivación, superación, optimismo, confianza, humildad, liderazgo. Samper, en otros menesteres, se ha alejado de la política deportiva del club y eso es algo digno de agradecer.
 La séptima ciudad de España en población, con el magnífico estadio y, principalmente, con el apoyo que demuestran los aficionados al club de sus amores, al que nunca abandonan independientemente de la categoría en la que se encuentren, siempre debería de ser “cabeza de león” en el fútbol profesional. Siempre. No se debe aceptar otra cosa para no caer en la mediocridad que es la mayor virtud de los conformistas.
Y es que cuando los resultados deportivos acompañan todo parece salir a pedir de boca. El equipo de fútbol no es el único Invictus, también lo es su presidente. Jesús Samper ha salido invicto en dos partidos que jugaba fuera de los terrenos de juego. Y lo ha saldado con nota. El propietario del Real Murcia ha visto como se levantaba el concurso de acreedores que pesaba sobre la entidad grana. Samper vuelve a tener el control del club que debe abonar una deuda de 29 millones de euros en cinco años. El segundo partido lo solventó en los Juzgados de Murcia tras prestar declaración ante el juez del juzgado número 8 de Murcia, David Castillejo, encargado del caso Umbra, que no impuso ninguna medida cautelar al presidente del Real Murcia, aunque continúa imputado.

Desde la noche que sobre mí se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta      …………………………………………………

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