jueves, 13 de enero de 2011

Una de Mourinhadas, Balones de Oro y Punto Pelota




A nadie sorprende a estas alturas de la película que Mourinho la líe. Lo lleva haciendo desde que dejó de ser ayudante traductor del F.C. Barcelona y durante algunos años en todas las salas de prensa y campos de toda Europa. No es nuevo, con el Inter y el Chelsea tampoco iba haciendo amigos. Aquí en España ya se ha creado unos cuantos, a lo que no están ajenos dentro del propio club blanco. Los madridistas ya lo sabían, pero no dudaron demasiado en vender su alma al diablo portugués, que en teoría garantiza títulos, algo que está por descubrir.

Desde que llegó al Real Madrid hemos tenido mourinhada tras mourinhada. No son muchos los que se han escapado a sus dardos, desde jugadores de su plantilla y rivales, hasta los árbitros, pasando por diversos estamentos del club blanco. Solo tenemos que recordar el incidente con Pedro León, que no gustó demasiado por estas tierras. El muleño no es efectivamente ni Di Stefano ni Maradona, pero merece el mismo respecto que su entrenador le ninguneó. También podríamos hablar de sus coqueteos con la selección de su país, el rifirrafe con Preciado, su Acta con los trece errores de un árbitro, mendigar más fichajes en forma de delantero, hacer de doctor y un largo etcétera.

Mourinho es una boca difícil de tapar. Ni siquiera una manita blaugrana ha sido capaz de hacerlo. El manotazo en toda la boca tan solo sirvió para que se tomara unos días de tregua en su guerra o circo particular. Pero me gustaría comentar su última gansada. Ante el Villarreal no se le ocurrió otra cosa que celebrar un gol de su equipo en el banquillo visitante. Le excita la provocación. Se pone como un adolescente viendo las páginas centrales de Interviú. Disfruta. Y disfruta hasta con la excusa, comentando que únicamente quería celebrar el gol de Kaká con su hijo que estaba en esa zona. Por favor, Sr. Mourinho.

Este error en las formas eclipsó la buena segunda mitad de los madridistas propiciada por un excelente planteamiento y modificación táctica del entrenador luso. Chapeu por esa lección táctica. Todos aprendimos del portugués como dar la vuelta a un partido que estaba muy complicado para el Real Madrid. Lo hizo con un solo cambio de jugador y varios de posiciones en el terreno de juego. Repito, ahí nos dio una lección, la pena es que solo puede hacerlo en la pizarra.

El entrenador portugués fue galardonado con el Balón de Oro de Entrenadores. Enhorabuena, es justo reconocer los enormes méritos contraídos en su etapa con el Inter de Milán. También fue premiado Leo Messi, con el Balón de Oro al mejor jugador del 2.010. ¿Justo? No sabría qué contestar, pero desde luego es muy discutible.

En mi opinión, este premio está mal parido por dos razones. La primera es la injusticia en premiar individualmente a un jugador en un deporte colectivo. En este caso me surge la pregunta de si es más importante un gol de Messi o una asistencia de Xavi o Iniesta. Creo que las dos cosas por igual. La segunda razón son los criterios que rigen para otorgar el premio. Si éste es para el mejor jugador del mundo estoy de acuerdo que sea para el argentino. Para mí no hay discusión, ni siquiera Cristino Ronaldo en un estado de forma increíble llega a la altura de Messi. No obstante, dudo que Leo haya sido el mejor jugador en 2.010, un año de Mundial, acontecimiento que siempre ha sido decisivo en la elección del Balón de Oro. Iniesta por su juego y su importante gol en la final, y Xavi Hernández por su calidad, su batuta y su intachable trayectoria lo merecían más que el argentino.

Al hilo de este hecho y para finalizar, comentario aparte merece las desafortunadas declaraciones del habitual tertuliano de Punto Pelota, Siro Gómez. Ante todo, me declaro como un gran seguidor del programa. Me parece un espacio televisivo divertido, en el que se engrandecen los temas polémicos y aparecen las grandes disputas entre diferentes periodistas que, una vez que salen de la sala de maquillaje, se enfundan las elásticas del equipo de sus amores antes de entrar a plató.

Al periodista en cuestión le hemos visto llorar, gritar, amenazar con irse del estudio y lo que es peor, amenazar con volver. También lo vimos, en su afán por defender a su querido Real Madrid, ofrecer dodotis para los culés la temporada pasada cuando hablaba de canguelo, incluso no tuvo complejos en ponérselos él tras el 2-6 del Bernabéu. Además de hacer célebre la frase de que "Guardiola mea colonia". Hasta ahí, todo bien. Forma parte de un show televisivo con muy buenos índices de audiencia y les va muy bien. A mí me gusta.

Bueno, me gustaba hasta la noche de ayer, donde Siro López se pasó siete pueblos. Me parece muy grave e inaceptable que un periodista, independientemente del círculo en el que se encuentre, sea capaz de tachar de "limitado" a cualquier persona. Me da igual que sea Messi, que cualquier otra persona. Tras decir que "Messi, en el campo es maravilloso, pero fuera me parece que es una persona limitada", el moderador del programa, Josep Pedrerol, quiso que aclarara a que se refería, en el intento de parar sus palabras. Pero tristemente, Siro López estaba lanzado y se saltó el stop. Como podemos apreciar en el video, los comentarios del periodista, su ironía y su dejar entrever que a Messi le falta un hervor, no tienen desperdicio. Resulta bastante patético escuchar estas afirmaciones del Sr. López. Quizás debería preguntarse si el realmente limitado en sus apreciaciones es él, limitado por su desconocimiento o limitado porque su blanca camiseta es opaca y no le deja ver la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario